miércoles, 13 de febrero de 2013

Esperanza 2.0


Llega al nacer, se pega en nuestra piel y es por la que respiramos durante mucho tiempo. Empuja la voluntad, dirige los deseos y elimina las barreras.
Con el tiempo se va perdiendo, con el paso de los días se va deteriorando, requiere mantenimiento, necesita alimento, está viva y lo olvidamos.
A final se va, se marcha, aburrida de tanto materialismo, de tanta cruda realidad.
Perderla es perder la vida, perderla es andar sin rumbo, es vivir una vida entre la sombras si futuro.
¿Por qué se va? ¿O realmente no se ha ido? Está ahí, entre los entresijos de mi mente, entre las voces de mi boca, entre el tejido de mi corazón, porque es allí donde nace.
Hace tiempo que dejé de alimentarla, que dejé de mantenerla, que dejé de dedicarle tiempo y se apagó, como una gran estrella que desaparece del firmamento.
Quiero recuperar mi esperanza, quiero recuperar el sentido de mi vida, quiero volver a saltar barreras imposibles, a ver la luz al final de camino y sobre todo a dejar que sea ella la que me diga cada mañana…¡no te rindas!
La voy a depositar en ti, el autor y consumador de la vida, quien me ha demostrado que detrás de cada puerta cerrada se abre otra mucha mayor, quien me dice esfuérzate y se valiente,  quien  hasta el día de hoy no me ha abandonado y lo más importante, quien alimenta mi esperanza haciéndome  vivir en la verdad de que ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura me podrá separar de tu amor.
Allá  donde deposites tu esperanza, vivirá tu corazón. 

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