jueves, 20 de septiembre de 2012

Ya llegó...




Abro la puerta abstraído por mis pensamientos. La realidad me hace vivir en un presente sin tiempo, un lugar en el cual el calendario es un adorno y el reloj una carga.
Allí estás, duro, seco y violento. Tus oscuros ropajes lo envuelven todo.
 El vello de mis brazos se tensa como una alambrada de espinos, mi piel se vuelve rugosa y adquiere relieve, un relieve que mis dedos sienten al intentar protegerme de ti.
Me golpeas en la cara, aprietas mis descubiertos  brazos y te cebas en mis  pies desnudos con saña.
No te esperaba, no estoy preparado, has llegado pronto, muy pronto.
Ya estás aquí; esta tarde bajaré al trastero a sacar cajas, el invierno ha llegado.

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